*Pero, a fin de llegar a la raíz de la
intemperancia debemos ir más allá del uso del alcohol o el tabaco. La
ociosidad, la falta de ideal, las malas compañías, pueden ser las causas que
predispongan a la intemperancia (La Educación, pág. 198).
*EL PROFETA EZEQUIEL DECLARA: “He aquí que ésta fué la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, hartura de pan y abundancia de ociosidad tuvo ella y sus hijas; y no corroboró la mano del afligido y del menesteroso”. Ezequiel 16:49.
Aquí se nos presentan los
terribles resultados de la ociosidad, que debilita la mente, degrada el alma y
pervierte el entendimiento haciendo una maldición de lo que fué dado como una
bendición. Los hombres y mujeres que trabajan son los que ven cosas grandes y
buenas en la vida, y son los que están dispuestos a llevar sus
responsabilidades con fe y esperanza. ECR 319
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