sábado, 28 de abril de 2018

08. ¿LA IGNORANCIA NOS EXCUSA DEL PECADO COMETIDO?


15 y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. 16 Y por la fe en su nombre, a éste, que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a éste esta completa sanidad en presencia de todos vosotros.17 Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes. Hechos 3. 

*La ignorancia es tan peligrosa en el aspecto espiritual como en otros asuntos. Se puede pecar por ignorancia, como ocurrió en el caso que aquí se presenta; pero la ignorancia no es una excusa válida para justificar el pecado. 
Aun en el gobierno humano, el no conocer una ley no es razón para excusarse de su transgresión. 
Es necesario arrepentirse con tanta sinceridad de un pecado de ignorancia como de cualquier otro pecado. 
 Son especialmente culpables los que son ignorantes porque permiten que el prejuicio y sus sentimientos les impidan conocer las cosas de las cuales la razón y la conciencia dan testimonio. Cf. Luc. 23: 34. CBA 


“Hay camino que parece derecho al hombre, más su salida son caminos de muerte.” Proverbios 16:25. La ignorancia no disculpa el error ni el pecado, cuando se tiene toda oportunidad de conocer la voluntad de Dios. Tomemos el caso de un hombre que estando de viaje llega a un punto de donde arrancan varios caminos en direcciones indicadas en un poste. 
Si no se fija en éste y escoge el camino que mejor le parezca, por sincero que sea, es más que probable que errará el rumbo.  

Dios nos ha dado su Palabra para que conozcamos sus enseñanzas y sepamos por nosotros mismos lo que él exige de nosotros. Cuando el doctor de la ley preguntó a Jesús: “¿Haciendo qué cosa, poseeré la vida eterna?” el Señor lo remitió a las Sagradas Escrituras, diciendo: “¿Qué está escrito en la ley? ¿cómo lees?” La ignorancia no excusará ni a jóvenes ni a viejos, ni los librará tampoco del castigo que corresponde a la infracción de la ley de Dios, pues tienen a la mano una exposición fiel de dicha ley, de sus principios y de lo que ella exige del hombre. No basta tener buenas intenciones; no basta tampoco hacer lo que se cree justo o lo que los ministros dicen serlo. La salvación de nuestra alma está en juego y debemos escudriñar por nuestra cuenta las Santas Escrituras. Por arraigadas que sean las convicciones de un hombre, por muy seguro que esté de que el pastor sabe lo que es verdad, nada de esto debe servirle de fundamento. El tiene un mapa en el cual van consignadas todas las indicaciones del camino para el cielo y no tiene por qué hacer conjeturas. CI 80, 81

07. ¿QUÉ ENTIENDES POR FATUO?

*"CUALQUIERA QUE LE DIGA [a su hermano]: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego". Mt. 5:22.

 En el Antiguo Testamento la palabra fatuo se usa para describir a un apóstata o al que se entregó a la iniquidad. Dice Jesús que quienquiera que considere a su hermano como apóstata, o como despreciador de Dios, muestra que él mismo merece semejante condenación.  

El mismo Cristo, cuando contendía con Satanás sobre el cuerpo de Moisés, "no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él". Si lo hubiera hecho, le habría dado una ventaja a Satanás, porque las acusaciones son armas del diablo. En las Sagradas Escrituras se lo llama "el acusador de nuestros hermanos". Jesús no empleó ninguno de los métodos de Satanás. Le respondió con. las palabras: "El Señor te reprenda". *Judas 1:9; Apoc. 12:10. 

Su ejemplo es para nosotros. Cuando nos vemos en conflicto con los enemigos de Cristo, no debemos hablar con espíritu de desquite, ni deben nuestras palabras asemejarse a una acusación burlona. 

El que vive como vocero de Dios no debe decir palabras que aun la Majestad de los cielos se negó a usar cuando contendía con Satanás. Debemos dejar a Dios la obra de juzgar y condenar. EGWDMJ 52 MHP

 

MENSAJES PARA LOS JÓVENES (ENLACES X SECCIONES) EGW/MHP

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