A fin de que la obra pueda avanzar en todos los ramos, Dios pide vigor, celo y valor juveniles. Él ha escogido a los jóvenes para que ayuden en el progreso de su causa.
El hacer planes con mente clara y ejecutarlos con mano valerosa,
requiere energía fresca y no estropeada. Los jóvenes están invitados a dar a
Dios la fuerza de su juventud, para que por el ejercicio de sus poderes, por
reflexión aguda y acción vigorosa, le tributen gloria, e impartan salvación a
sus semejantes (Obreros evangélicos, pág. 69). 15
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¡La Juventud Es Breve y Fugaz…!
¡Consagra Tú Vida A Dios!