"EL TEMOR de Jehová es el principio de la
sabiduría"*. Muchos de nuestros jóvenes no sienten la necesidad de
ejercitar vigorosamente hasta lo sumo sus facultades en todo momento y bajo
todas las circunstancias. No tienen ante
la vista el temor de Jehová, y sus pensamientos no son puros ni elevados.
El cielo entero conoce todo pensamiento, toda
acción. Vuestras acciones podrán ser
invisibles para vuestras relaciones, pero están abiertas a la inspección de los
ángeles. Los ángeles tienen la comisión
de servir a aquellos que se esfuerzan por vencer todo hábito malo y mantenerse
libres de las artimañas de Satanás.
FIEL INTEGRIDAD. No se da la importancia que se debiera al poder que
los pequeños actos malos, las pequeñas inconsecuencias, tienen en la formación
del carácter.
En la Palabra de Dios se
nos revelan los principios más grandiosos y elevados. Nos son dados para fortalecer todo esfuerzo
en favor del bien, para gobernar y equilibrar la mente, para inducirnos a
aspirar al logro de una norma elevada.
En la historia de José, Daniel y sus compañeros, vemos
cómo la áurea cadena de la verdad puede ligar a la juventud al trono de
Dios. No podían ser tentados a apartarse
de su integridad. Valoraron el favor de
Dios por encima del favor y la alabanza de los príncipes, y Dios los amó y los
cobijó bajo su escudo. 25
El Señor los honró señaladamente delante de los
hombres por su fiel integridad, por su determinación a honrar a Dios por encima
de todo poder humano. Fueron honrados
por el Señor Jehová de los ejércitos, cuyo poder se extiende sobre todas las
obras de sus manos, arriba en el cielo y abajo en la tierra.
Estos jóvenes no se avergonzaban de desplegar
su verdadero estandarte. Hasta en la
corte del rey, en sus palabras, en sus hábitos, en sus prácticas, confesaron su
fe en el Señor Dios del cielo. Rehusaron
inclinarse ante cualquier mandato terrenal que detrajera el honor de Dios.
Tenían fuerza del cielo para confesar su
lealtad a Dios. Deberíais estar preparados para seguir el ejemplo de
estos nobles jóvenes. No os avergoncéis
jamás de vuestra bandera; tomadla y desplegadla a la mirada de los hombres y
los ángeles.
No os dejéis dominar por
una falsa modestia, una falsa prudencia que os sugiera un curso de acción
contrario a este consejo. Por la elección
de vuestras palabras y una conducta consecuente, por vuestra corrección,
vuestra ferviente piedad, haced una profesión eficaz de vuestra fe, decididos a
que Cristo ocupe el trono en el templo del alma, y poned vuestros talentos sin
reservas a sus pies, para que sean utilizados en su servicio.
COMPLETA CONSAGRACIÓN. Conviene a vuestro bienestar presente y eterno poneros
enteramente de parte de lo recto, a fin de que el mando sepa cuál es vuestra
posición. Muchos no se entregan
completamente a la causa de Dios, y su posición vacilante es una fuente de
debilidad en sí misma y una piedra de tropiezo para otros. Sin principios fijos, sin consagración, son
apartados por las olas de la tentación de lo que saben que es recto, y no se
esfuerzan santamente por vencer los errores y por perfeccionar 26 un carácter
recto mediante la justicia imputada de Cristo.
El mundo tiene derecho a saber exactamente lo que se
puede esperar de cada ser humano inteligente. Aquel que es una personificación viva de principios firmes, decididos y
rectos, ejerce un poder viviente sobre sus compañeros, y con su cristianismo
influirá sobre otros. Muchos no perciben
ni aprecian cuán grande es la influencia de cada persona para el bien o para el
mal. Todo estudiante debiera comprender
que los principios que adopta llegan a ejercer una influencia viva y modeladora
sobre el carácter. Aquel que acepta a
Cristo como Salvador personal, amará a Jesús y a todos aquellos por quienes él
murió; pues Cristo será en él un manantial de agua que brota para vida eterna. Se entregará sin reservas al dominio de
Cristo.
AFIRMAD VUESTRA LIBERTAD. Estableced como ley de vuestra vida, de la cual no os
harán apartar las tentaciones ni ningún interés ajeno a la vida cristiana, el
honrar a Dios, porque "de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna".*
Dios solicita de vosotros, como agentes morales libres,
redimidos, rescatados mediante un precio infinito, que afirméis vuestra
libertad y utilicéis las facultades que os ha otorgado el cielo, como súbditos
libres del reino celestial.
No
continuéis en la servidumbre del pecado, sino mostrad vuestra lealtad a Dios
como súbditos leales del Rey de reyes.
Mostrad mediante Jesucristo, que sois dignos del
sagrado cometido con que el Señor os ha honrado al otorgaros vida y
gracia. Debéis rehusaras a estar sujetos
al poder del mal. Como soldados de
Cristo, debemos aceptar, deliberada e inteligentemente, sus 27 condiciones de
salvación en cualquier circunstancia, tener en alta estima los principios
rectos y actuar de acuerdo con ellos. La
sabiduría divina debe ser lámpara a vuestros pies. Sed leales a vosotros mismos y sed leales a
vuestro Dios. Será sacudido todo lo que
vacile, pero si estáis arraigados y cimentados en la verdad, permaneceréis
firmes con aquellas cosas que no pueden ser sacudidas.
La ley de Jehová es inmutable, inalterable,
pues es expresión del carácter de Jehová. Resolved que ni con palabras ni influencias arrojaréis la menor deshonra
sobre su autoridad.
ENTREGA COMPLETA. Tener la religión de Cristo significa que habéis
entregado a Dios, de un modo absoluto, todo lo que sois y tenéis, y que habéis
consentido en ser guiados por el Espíritu Santo. Mediante el don del Espíritu Santo se os dará
poder moral, y no sólo tendréis los talentos que anteriormente se os habían
confiado para el servicio de Dios, sino que la eficiencia de los mismos será
grandemente multiplicada.
La entrega de
todas las facultades a Dios simplifica mucho el problema de la vida. Debilita y abrevia mil luchas con las
pasiones del corazón natural.
La Religión es como un cordón de oro que liga a Cristo las almas tanto de los
jóvenes como de los ancianos. Mediante ella, los voluntarias y obedientes son
llevados en salvo a la ciudad de Dios, a través de senderos oscuros e
intrincados.
Hay Jóvenes que sólo tienen aptitudes comunes, y sin
embargo, mediante la educación y la disciplina, con maestros que actúen de
acuerdo con principios puros y elevados, pueden salir del proceso de
preparación aptos para ocupar algún puesto de confianza al cual Dios los ha
llamado.
Pero Hay Jóvenes que fracasarán
porque no han resuelto vencer las inclinaciones naturales y no están dispuestos
a prestar oídos a la voz de Dios 28 registrada en su Palabra. No han levantado alrededor de su alma
barricadas contra las tentaciones ni han resuelto cumplir con su deber, a todo
riesgo. Se asemejan a aquel que al
emprender un viaje peligroso rehusa toda guía e instrucción por las cuales
pudiera evitar accidentes y ruina, y avanza por un camino de destrucción
segura.
LA ELECCIÓN DE VUESTRO DESTINO. ¡Ojalá comprenda cada uno que él es el árbitro de su
propio destino! En vosotros yace vuestra
felicidad para esta vida y para la vida futura e inmortal. Si lo queréis, tendréis compañeros que, por
su influencia, restarán valor a vuestros pensamientos, vuestras palabras y
vuestras normas morales. Podéis dar
rienda suelta a los apetitos y las pasiones, despreciar la autoridad, usar un
lenguaje grosero, y degradaros hasta el más bajo nivel.
Vuestra Influencia puede ser tal que
contamine a otros y podéis ser la causa de la ruina de aquellos a quienes
podríais haber traído a Cristo. Podéis
hacer apartar a otros de Cristo, de lo recto, de la santidad y del cielo.
En el juicio podrán los perdidos señalaros y
decir: "Si no hubiera sido por su influencia, yo no habría tropezado ni me
habría burlado de la religión. Él tenía
la luz, conocía el camino al cielo. Yo
era ignorante y fui con los ojos vendados por el camino de la
destrucción". OH, ¿Qué respuesta
podremos dar a tal acusación?
Cuán Importante es que cada uno considere hacia dónde conduce a las almas. Estamos a la vista del mundo eterno, y cuán
diligentemente debiéramos computar el costo de nuestra influencia.
No Deberíamos excluir la eternidad de nuestra
consideración, sino acostumbrarnos a preguntar continuamente: ¿Agradará esta
conducta a Dios? ¿Cuál será la influencia de mi acción sobre la mente de
aquellos que han tenido mucho menos luz y evidencia en cuanto a lo recto? 29
PREGUNTAS ESCUDRIÑADORAS. ¡Ojalá los jóvenes escudriñen las Escrituras y hagan
como les parece que Cristo hubiese hecho en circunstancias semejantes! Nuestras oportunidades para obtener
conocimiento de origen divino han colocado sobre nosotros grandes
responsabilidades y con solicitud intensa debiéramos preguntar: ¿Estoy andando
en la luz? ¿Estoy, de acuerdo con la gran luz que he recibido, guiando a otros
por el buen camino, o estoy haciendo senderos tan torcidos que el cojo será
desviado del camino?...
Deberíamos estar imbuidos de un sentimiento profundo y
constante del valor, la santidad y la autoridad de la verdad. Los rayos brillantes de la luz celestial
están alumbrando tu sendero, querido joven, y te ruego que saques el mayor
provecho de tus oportunidades. Recibe y
aprecia cada rayo enviado del cielo, y tu senda aumentará en brillo hasta el
día perfecto. (Youth's Instructor, febrero 2, 1893). 30
Mensajes Para Los
Jóvenes (EGW).